lunes, 27 de abril de 2015

ERRORES JUDICIALES

La justicia es ciega tal como lo demuestra su representación en la forma de la diosa griega Temis al aparecer con los ojos vendados y una balanza en la mano derecha. Debe colocar en la balanza los pros y contras de cada parte en litigio dejando que se incline imparcialmente del lado de quien tenga la razón, sin ver a las personas para no sentir emociones o pasiones ajenas a lo intrínseco del caso; también tiene una espada que simboliza el arma que protege y hace valer la ley aun en contra de la voluntad de los ciudadanos. En otras representaciones tiene un pie sobre un libro y una serpiente, que representan el triunfo de la sabiduría sobre las pasiones humanas.

            Así de imparcial, completa y confiable debería ser la administración de justicia según la Constitución y los anhelos sociales, sin embargo, las personas encargadas de ello distan mucho de hacerlos realidad, basta atender los medios de comunicación para encontrar el verdadero status que vivimos. A guisa de ejemplo, dos asuntos muy conocidos nos muestran que algunos jueces no imparten justicia, aplican la ley con visión corta y mínima calidad intelectual.

            Caso Vallejo. Rodrigo Vallejo, hijo de Fausto Vallejo, ahora ex gobernador de Michoacán, fue señalado de tener vínculos con Servando Gómez “La Tuta”, filtrándose un video en el que aparecen juntos en un lugar desconocido. La explicación de su padre fue que había sido secuestrado por ese grupo criminal, lo que nadie creyó; se realizaron investigaciones y al paso del tiempo Rodrigo fue detenido y puesto a disposición de un Juez de Distrito que dijo carecer de pruebas para vincularlo a proceso por delincuencia organizada, le fijó una garantía de siete mil pesos y le permitió salir en libertad provisional para así seguirle el juicio. En los días siguientes a su liberación se han hecho públicos  nuevos videos en los que se observa a Rodrigo Vallejo con “La Tuta” en pláticas más amenas que dejan claro que Vallejo no fue secuestrado, sino que se reunía constantemente con dicho líder e intercambiaban información que podía servir para secuestrar o privar de la vida a otras personas.

            Caso Alondra. Una señora que radica en Estados Unidos hace algunos años presentó una denuncia por el supuesto robo de una infante que era su hija, un día observa una foto de Facebook y afirma que esa niña, ahora convertida en una jovencita de casi quince años, es su hija y la reconoce por una cicatriz en la frente, mueve a las autoridades de su país y éste realiza gestiones ante las autoridades judiciales de México, logrando que una jueza de Michoacán, donde vive la menor,  sin agotar pruebas que permitieran tener la certeza del origen genético de una menor de edad, ordene a la policía su aseguramiento y traslado a los Estados Unidos, lo que se hace sin escuchar a los padres ni realizar las pruebas periciales pertinentes para determinar si hay o no vínculos biológicos. Una vez que la menor se encuentra en Estados Unidos, lo primero que ordena el juez, antes de entregar la menor a la señora que presumía ser su madre, es la realización de pruebas de ADN, las cuales mostraron que no existe ningún vínculo entre la denunciante y la menor asegurada, por lo que determinó su regreso a México.

            Estos ejemplos muestran que a algunos jueces les falta poner atención y estudiar exhaustivamente los casos que llegan a su jurisdicción. En el primero se genera impunidad para un presunto delincuente que teniendo acceso a información clasificada de seguridad pública de su Estado la ofrecía a cambio de beneficios personales o familiares, colocando en situación de riesgo a todos los habitantes de la entidad. En el segundo se ocasiona una grave afectación psicológica en la menor y de incertidumbre para toda su familia, dejando entrever que eso puede suceder a cualquier persona.

            Los juzgadores, llámense ministros, magistrados o jueces, tienen en sus manos la posibilidad de poner orden en una sociedad que constantemente padece conflictos individuales con menor o mayor impacto colectivo, por tanto no pueden dejar de considerar los elementos subjetivos que motivan a las partes en un juicio y analizar integralmente cada caso como una parte del rompecabezas social. Cada sentencia influye en el ánimo personal pero impacta en el ánimo colectivo, a más errores mayor desconfianza en las instituciones, contrario sensu, elevar la calidad de la administración de justicia implica mejorar las relaciones sociales inhibiendo conductas dañinas que por quedar impunes se reproducen e incrementan su potencialidad.


                                                           Cuernavaca, Morelos, abril 26 de 2015.


                                                           José Luis Urióstegui Salgado. 

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